
Discepolo, señala sin titubeos: "Que el mundo fue y sera una porquería", señalando dos fechas el 506 y el 2000.
Alrededor del 506, Teodorico "El Grande" Rey de los Ostrogodos, bárbaros que invadieron el Imperio Romano, luchó contra Odoraco, lo hace prisionero, lo asesina en Roma y se apodera de toda Italia. Son años de invasión, dominación y muerte.
Y el 2000, no nos cabe duda... nos iba a encontrar "unidos o dominados". Pero en esto Discépolo se equivocó, más allá del 2000, seguimos quedando en situación de postración y marginalidad.
Cambalache es una denuncia universal, y el eje central, la columna vertebral en esta denuncia es el trastocamiento de los valores.
Primero nos cuenta que desde que el mundo es mundo "... siempre ha habido chorros, / maquiavelos y estafaos, / contentos y amargaos, / valores y dubles...", pero el Siglo XX depara algo más lamentable: "es un despliegue de maldad insolente / ya no hay quien lo niegue; / vivimos revolcaos en un merengue / y en un mismo lodo todos manoseaos".
¿Qué es vivir revolcados y manoseados? Es vivir en un mundo de trastocamiento de los valores.
En la base de esa escala, los "valores útiles", lo cotidiano, lo elemental, que es lo adecuado, lo conveniente, lo que necesitamos: la comida, la ropa, la higiene, la educación, la distracción, el dinero para adquirir bienes materiales y necesarios como por ejemplo... el calefón.
Así ascendemos en la escala hasta llegar a los "valores religiosos" (lo santo). Para los creyentes, en primer lugar Dios, El Verbo, La Palabra... La Biblia.
Es aquí donde Discépolo sintetiza este trastocamiento de los valores, porque "igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches, se ha mezclado la vida y herida por un sable sin remache, ves llorar la Biblia contra un calefón".
Es a partir de esto, que podemos llamar sinrazón, que se abre el camino para que hoy resulte que:
"...es lo mismo ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador.
Todo es igual; nada es mejor;
lo mismo un burro que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón;
los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que si es cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón.
Que falta de respeto,
que atropello a la razón;
cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón.
Mezclaos con Stavisky,
van Don Bosco y la Mignon,
don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín.
Vivir en un "cambalache" hace sufrir, pero también hace pensar... y este sufrir y ese pensar es lo que Discépolo convirtió en poesía. Poesía de ruptura, rara, incómoda para algunos... y por tanto condenada.
http://www.elortiba.org/discep.html
Que este tango nos ayude a todos a "pensar" si es que nuestra vida quizas, acaso, sea un "cambalache"...
1 comentario:
muy bueno che... un abrazo.
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